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TEMAS DE VINOS

BOTELLA DE VINO Y SU COLOR


COLOR DE LA BOTELLA DE VINO
El color empleado en las botellas tiene una función protectora de la acción de la luz, para poder conservar mejor el vino de su interior.
Los colores que podemos encontrar en las botellas pueden negro, azul, verde (el más empleado) o transparente. Los colores más oscuros se suelen emplear en vinos que vayan a pasar mucho tiempo en botella (vinos de guarda), mientras que las botellas transparentes se suelen emplear en vinos rosados o blancos para poder apreciar su color.
La elección de la botella según su color.
Si sólo nos fijásemos en los beneficios técnicos, y su consecuencia visual y organoléptica en el vino, aportados por los diferentes colores de las botellas, indudablemente todas las botellas serían de color oscuro, en la gama del ámbar/negro. Pero la realidad nos lleva también a elegir el tipo de botella, por una cuestión económica y estética, de otros colores.
Si considerásemos un modelo de botella tipo con toda la gama de colores, haríamos la siguiente elección:
Colores blancos/transparentes: Se usan más para vinos blancos jóvenes y rosados. El poder mostrar un bonito color del vino es muy sugerente, a pesar de que el vino precise un consumo más rápido por la mayor incidencia de las radiaciones. Suelen ser botellas bastante económicas.
·         Colores verde esmeralda: Comúnmente en tintos jóvenes.
·         Colores verde UV, oscuros: Comúnmente en vinos tintos jóvenes y de crianza.
 En Viladellops usamos el color verde musgo en crianza tinto (garnacha – syrah)
·         Colores ámbar: Usados principalmente en blancos de crianza, tintos de crianza y reserva. En Viladellops usamos el color canela en blanco joven  y de crianza (xarel·lo) y en tinto joven (garnacha)
·         Colores negros: Usados principalmente en crianzas y reservas. Particularmente es usado en vinos de Jerez. En Viladellops usamos el negro ibérico en el tinto selección (garnacha – syrah)

CAPSULA DE LA BOTELLA DE VINO

                                                                            CAPSULA DE LA BOTELLA DE VINO
Corría el año 1760. En Viena se asentaba la corte más famosa de Europa. Allí llegaban, en pesados toneles de madera de 225 litros, los codiciados vinos de Burdeos para satisfacer las demandas del Rey y su séquito. Consumida una pequeña parte, el resto se almacenaba para futuros banquetes. Pero, pasado cierto tiempo, y debido a la graduación alcohólica, los cortesanos comprobaban que el vino solía transformarse en vinagre. Eran tiempos en los que la "industria" vitivinícola crecía a pasos agigantados. Y la solución llegó rápidamente. Aprovechando el auge de la botella, en vez de dejar el líquido en barrica, se procedió a embotellarlo en envases de 750 cc con corcho, con lo que la correcta conservación del vino quedaba garantizada. Pero entonces surgieron nuevos inconvenientes que precipitaron el pronto surgimiento de nuestras conocidas cápsulas.
Ocurre que una vez traspasado el vino de la barrica a botellas, el número de éstas disminuía, seguramente por efecto de administradores, amigos y demás personas cercanas al monarca. También solía descubrirse que el contenido de algunas había sido violado y hasta sutilmente reemplazado por caldos apócrifos. En otras circunstancias, se advertían pequeñas filtraciones a través del corcho o ataques producidos por la humedad externa.
Es por esto que en 1761 el Rey decide precintar todas sus botellas con un lacre sellado y castigar con pena de muerte a los responsables de su violación.  La práctica se extendió rápidamente por todo el Viejo Continente. Pero nació pronto una nueva complicación: cuando los reyes daban permiso para romper el lacre y así proceder a beber el contenido, parte de él saltaba a la mesa y ensuciaba platos, copas y comidas, por lo que abrir una botella era por lo menos un incordio. Además, el sellado no era tan perfecto como se creía; en varias ocasiones el lacre, por su falta de flexibilidad y su poca adherencia en puntos húmedos, se desprendía o resquebrajaba.
 En 1789, el Sr. Hagi, un húngaro preocupado en aportar soluciones, crea la primera cápsula de estaño. Este elemento, que rápidamente demostró su eficacia, también tenía el sello real encabeza. A partir de entonces, tener botellas de vino con cápsula de precinto y sello en cabeza, es considerado un signo de nobleza.
                                                           Tipos de cápsulas
Estaño
Son las mejores cápsulas. Se emplean en vinos de alta gama.
Están constituidas por una sola pieza (lámina de estaño de aprox. 99,95% de pureza). Son de fácil apertura y permiten una amplia combinación de colores y diseños.
Plomo-estaño
Compuestas por una lámina de plomo recubierta por capas de estaño.
Ciertas leyes medioambientales de algunos países las prohibieron, pero en Argentina se siguen empleando porque no contaminan el vino.
Material complejo
Se utilizan en vinos de la franja media. Están compuestas por aluminio-polietileno-aluminio. Son dos piezas, también de fácil apertura, y su costo es un 60% menor que las de estaño.
P.V.C.
Son las de menor calidad. Son dos piezas fabricadas con lámina de P.V.C. retráctil. Se emplean en vinos de bajo precio pero, debido a los inconvenientes medioambientales que genera su residuo, algunos países las han prohibido.
Aluminio
Están elaboradas íntegramente con este material, pero no todas las fábricas las producen. Se emplean en productos de mediano y bajo precio, y compiten en la franja de las cápsulas de P.V