Dedicado a la hoteleria en el desarrollo de alimentos y Bebidas
5 consejos para un buen maridaje de
vinos con comida
La combinación armoniosa entre la
comida y el vino es casi un arte para quienes conocen y se interesan por el
balance de los sabores. Y para que sin importar si se es un experto o no, se
haga la combinación asertiva entre estos placeres para el
paladar, se pueden tener en cuenta algunas recomendaciones que redBus comparte.
1. Conocer el menú
Antes de elegir el vino se debe conocer
el menú o plato a acompañar. Conocerlo implica saber qué ingredientes contiene
y el proceso de su preparación, para poder definir el sabor predominante en el
maridaje.
2. Identificar peso en los alimentos y
el vino
Para definir el peso de un plato o
alimento, se debe pensar en la facilidad para digerirlo, la cantidad de grasa y
hasta la intensidad de los sabores. Es así como se puede percibir que un
estofado de cordero siempre será más pesado que una ensalada mixta.
Por otro lado, el peso del vino se
define por su cuerpo y sabor. El tiempo de crianza, el tipo de uva y el
contenido de alcohol, son determinantes para reconocer cada vino. Para dar una
idea, un vino tinto de crianza o gran reserva estaría posicionado dentro de los
más pesados, así, un vino blanco joven sería de los más ligeros.
3. Vinos de mayor cuerpo para el final
Este es uno de los consejos básicos
para el buen maridaje de comida y vino. Consiste en servir los vinos de mayor
cuerpo para el final y los más ligeros para acompañar las entradas. Así, el
paladar va a ir disfrutando gradualmente de un vino suave hasta llegar al final
de la comida con el más voluminoso; si se empieza con el vino de mayor volumen,
el sabor y textura de los demás vinos no serán tan perceptibles para el
comensal.
4. Recurrir a la Regla de oro
Aunque la innovación gastronómica da
mayor libertad al maridaje, conservar las reglas tradicionales como la de
“pescados blancos con vinos blancos y carnes rojas con vinos tintos” será de
gran ayuda.
Esta regla funciona básicamente porque
los vinos blancos, hechos con uvas verdes, tienden a ser más frescos y suaves,
lo que permite que el sabor suave de las carnes blancas resalte, sin opacarlo.
Por otro lado, los vinos tintos
extraídos de las uvas rojas y moradas, son dulces y de sabor más potente que el
blanco. Esto los hace perfectos para acompañar carnes grasas y de mayor
textura, como lo son las carnes rojas.
No hay motivo para improvisar en esto,
así que si no se es un experto en la materia, lo mejor será recurrir a lo que
ya se ha comprobado.
Siempre que se combina el vino con
comida, se debe definir cuál de los dos llevará el sabor predominante. Si el
plato tiene sabores fuertes, el vino que acompañe debe tener un sabor sutil.
Por ejemplo, un Cabernet Sauvignon con
aromas terrosos a especias y frutos rojos, será el sabor fuerte que predominará
sobre un plato ligero como una ensalada mixta.
Pero si por el contrario, se quiere
dejar predominar el sabor del plato sobre el del vino, se puede combinar el
sabor suave de un vino Grenache (de uvas tipo Garnacha), popularmente producido
en España, con un plato de sabores intensos como la langosta.
Además de estos tips gastronómicos, redBus muestra a “Villa de Leyva: una joya colombiana por descubrir”, como uno de los sitios reconocidos por su
viñedos y la cata de vinos.